¿Qué son los cannabinoides y por qué son importantes?
Índice:
- 1. ¿Qué funciones tienen los cannabinoides?
- 2. Cómo se crean los cannabinoides: Biosíntesis
- 3. Ácidos cannabinoides vs. Cannabinoides
- 4. Principales cannabinoides
- 5. THC
- 6. CBD
- 7. CBG
- 8. CBN
- 9. CBC
- 10. THCV
- 11. CBDV
- 12. THCA
- 13. CBDA
- 14. El futuro de la investigación de los cannabinoides
Todos los aficionados al cannabis han oído hablar del THC, conocido por la ciencia como (-)-trans-Δ⁹-tetrahidrocannabinol. Esta molécula es la responsable del marcado efecto psicoactivo que se siente después de fumar un canuto o dar una calada a un vaporizador. A estas alturas, muchos también habrán oído hablar del CBD o cannabidiol.
Tanto el THC como el CBD pertenecen a una categoría de sustancias químicas llamadas cannabinoides. Esta categoría está compuesta por un conjunto diverso de moléculas que actúan sobre los receptores cannabinoides. El THC y el CBD son fitocannabinoides, lo que significa que se sintetizan en y derivan de la planta de cannabis. Hasta la fecha, se han identificado más de un centenar de estas moléculas. Otro tipo de cannabinoides son los endocannabinoides, generados por el propio el cuerpo, e incluyen la anandamida y el 2-AG entre otros. Y por último, están los cannabinoides que se sintetizan en laboratorios y que se conocen como cannabinoides sintéticos.
En este artículo, nos vamos a centrar en los fitocannabinoides. Muchas de estas moléculas han sido estudiadas por la ciencia y han demostrado tener un impresionante potencial terapéutico. Antes de adentrarnos en cada cannabinoide de forma individual, vamos a ver cuáles son las funciones de estas sustancias y cómo se crean.
¿QUÉ FUNCIONES TIENEN LOS CANNABINOIDES?
La respuesta a esta pregunta depende de la forma de vida en cuestión. Las plantas de marihuana producen cannabinoides como metabolitos secundarios; no están directamente implicados en el crecimiento o desarrollo de la planta, y se cree que tienen una función protectora contra las plagas, las enfermedades y las radiaciones ultravioletas. Por ejemplo, se ha demostrado que el fitocannabinoide THCA provoca la muerte de las células de insectos, lo que indica que actúa como un mecanismo de defensa contra ciertas especies que se alimentan de las flores y hojas de la marihuana.
En el ser humano, los cannabinoides funcionan de una manera muy singular y específica. Algunos de ellos interactúan directamente con el sistema endocannabinoide, una red interna de receptores que se encuentran en numerosos tipos de células. Estos receptores, llamados CB1 y CB2, están por todo el sistema nervioso central y el sistema inmunológico. Algunos cannabinoides, como por ejemplo el THC, inducen un efecto psicoactivo y terapéutico al interactuar con estos receptores.
El sistema endocannabinoide tiene un papel regulador dentro del cuerpo, y ayuda a que el organismo mantenga un estado de homeostasis - el equilibrio biológico que necesita nuestro cuerpo para funcionar de forma óptima. Se ha descubierto[1] que el sistema endocannabinoide desempeña un papel fundamental en la regulación del metabolismo y el sistema endocrino.
Los endocannabinoides anandamida y 2-AG anteriormente mencionados, actúan como moléculas señalizadoras que interactúan con estos receptores para permitir que el sistema endocannabinoide ejerza estas funciones. La similitud molecular entre los fitocannabinoides y los endocannabinoides es lo que hace posible que estas sustancias externas induzcan efectos fisiológicos.
CÓMO SE CREAN LOS CANNABINOIDES: BIOSÍNTESIS
Saber cómo se crean los cannabinoides es muy importante e interesante. ¿Alguna vez has observado de cerca una flor de marihuana y has visto lo que parecen ser miles de joyas resplandecientes? Estas estructuras translúcidas en forma de setas se llaman tricomas glandulares, y son los responsables de producir una resina rica en cannabinoides, terpenos, etc.
Las plantas de marihuana dirigen los nutrientes a estas glándulas, concretamente a sus células secretoras, donde se convierten en precursores de la producción de cannabinoides. Estos precursores se transportan a las vesículas secretoras, donde se transforman en tricomas y son excretados.
Todos los cannabinoides comienzan su vida como CBGA (ácido cannabigerólico). Este ácido cannabinoide se forma mediante la combinación de dos precursores cannabinoides: el ácido olivetólico y el pirofosfato de geranilo, tras una serie de procesos químicos[2]. El CBGA es el precursor de la biosíntesis cannabinoide, y se utiliza como sustrato para crear otros cannabinoides a través de las enzimas CBDAS, CBCAS y THCAS. Dependiendo de la enzima utilizada, el resultado de esta reacción es el CBDA (ácido cannabidiólico), el CBCA (ácido cannabicroménico), o el THCA (ácido tetrahidrocannabinólico), según la enzima que haya actuado sobre el CBGA.
ÁCIDOS CANNABINOIDES VS. CANNABINOIDES
Los cannabinoides se producen naturalmente en las plantas de marihuana en forma de ácidos. Su estructura molecular es distinta debido a la adición de un grupo carboxilo. Sin embargo, este grupo tiene cierta volatilidad y puede ser eliminado mediante el calor o la degradación. Por ejemplo, las flores de cannabis crudas contienen THCA en vez de THC. Cuando estas flores se ponen en un canuto y se les acerca una llama, el calor produce la liberación de un grupo carboxilo, y el THCA inactivo se convierte en THC psicoactivo. Este proceso se conoce como descarboxilación.
PRINCIPALES CANNABINOIDES
De los más de 100 cannabinoides descubiertos, solo se han estudiado unos pocos con relativa profundidad. En este artículo, vamos a ver las características de cada uno y lo que dice la ciencia sobre su potencial terapéutico, empezando por el más famoso y continuando con algunas de las moléculas menos conocidas.
THC
Puede que el THC sea el cannabinoide más famoso, además del más polémico. Esta sustancia química es la principal responsable del efecto psicoactivo que se produce tras fumar o ingerir marihuana, y también tiene diversos usos terapéuticos. El THC es el cannabinoide más abundante de los quimiotipos (término utilizado para referirse a la composición química de una variedad en relación a sus metabolitos secundarios) creados de forma selectiva para que tengan un efecto psicoactivo. La interacción del THC con el receptor CB1 del sistema nervioso central es lo que da lugar a su acción psicotrópica.
Uno de los descubrimientos más asombrosos sobre el THC es su capacidad para inducir la apoptosis (muerte celular controlada) de las células tumorales, a la vez que protege las células sanas de la muerte celular. Esta investigación[3] se ha llevado a cabo con modelos animales, pero se necesitan muchos más estudios para conocer el valor terapéutico del THC en este ámbito.
El THC interactúa con los receptores CB1 y CB2. A través de este mecanismo, se ha demostrado[4] que esta molécula también modula el dolor, la espasticidad, la sedación, el apetito y el estado de ánimo. Por ejemplo, una investigación[5] publicada en la revista _Clinical Therapeutics_ comprobó que se produjo una importante reducción del dolor en pacientes con esclerosis múltiple progresiva inmediatamente después de la administración de un preparado oral de THC.
Además, el THC también tiene efectos neuroprotectores, y se ha demostrado[6] que reduce los niveles de beta amiloide in vitro (fuera de un organismo vivo), lo que indica que podría tener un papel terapéutico contra la enfermedad de Alzheimer.
Por último, el THC es un potente antiinflamatorio con un efecto 20 veces más fuerte[7] que el de la aspirina.
CBD
El CBD es el segundo cannabinoide más abundante de muchos quimiotipos de la marihuana criada de forma selectiva, y el principal compuesto cannabinoide de variedades creadas con fines medicinales. El CBD ha adquirido mucha popularidad en los últimos años debido a su carácter no psicoactivo, buen perfil de seguridad e impresionante valor terapéutico. Muchos países que prohíben el cannabis han elaborado legislaciones que permiten la venta de productos con CBD, siempre que sus niveles de THC se mantengan por debajo de un umbral dictado por la ley.
Una de las investigaciones más interesantes realizadas hasta el momento sobre el cannabinoide se refiere a los tumores. Un estudio publicado[8] en la Molecular Cancer Therapeutics analizó el impacto del CBD en una línea celular de cáncer de mama. Los resultados apuntaron a un mecanismo complejo, destacando "el valor de una continua investigación sobre el potencial del CBD".
El CBD interactúa con el sistema endocannabinoide, pero tiene una afinidad baja con ambos receptores CB1 y CB2. Este cannabinoide ejerce su efecto uniéndose a otros receptores, como los de serotonina y vallinoides.
Sin embargo, esta molécula es un antagonista[9] de los receptores CB1, lo que significa que impide que otras moléculas, como el THC y el 2-AG, se unan a estos receptores. Al ser un modulador alostérico negativo[10] del receptor CB1, el CBD reduce algunos efectos psicológicos adversos del THC.
Además, el CBD es capaz de potenciar el nivel de endocannabinoides del cuerpo humano de forma indirecta, lo que podría explicar su efecto analgésico y antipsicótico[11]. Los endocannabinoides anandamida y 2-AG se metabolizan (descomponen) mediante la enzima FAAH (amida hidrolasa de ácidos grasos). Curiosamente, el CBD inhibe la FAAH, estimulando temporalmente los niveles de anandamida de la sustancia gris periacueductal.
El CBD también se asocia con un efecto anticonvulsivo y tiene la capacidad de reducir ciertos tipos de epilepsias. Una investigación[12] publicada en la revista _Neuropharmacology_ estudió los beneficios clínicos de los extractos de marihuana ricos en CBD y el CBD puro para la epilepsia resistente al tratamiento. Se analizó la información de 670 pacientes y se comprobó que, aproximadamente un 60% de los participantes, experimentaron una mejora en la frecuencia de las convulsiones. Curiosamente, se descubrió que los extractos ricos en CBD estaban relacionados con más mejoras que el CBD aislado. Los investigadores señalaron que esta diferencia podría deberse al efecto séquito, la habilidad que tienen los terpenos y los cannabinoides para funcionar en sinergia.
El CBD también ha demostrado[13] tener propiedades ansiolíticas, inmunosupresoras, neuroprotectoras y antioxidantes en contextos de investigación.
CBG
El CBG se encuentra en grandes cantidades en numerosas variedades de marihuana en plena floración, y se ha descubierto que tiene diversas aplicaciones terapéuticas. Este cannabinoide es un antagonista de los receptores CB1 y vanilloides, y funciona[14] de forma parecida al CBD, es decir, inhibe la recaptación de anandamida. Como antagonista, impide que otras moléculas se unan a los receptores y los activen. En lo que respecta al receptor CB1, esto hace que el CBG no sea psicoactivo.
Al igual que sus compañeros ya mencionados, el CBG muestra potencial en el campo de los tumores. Un artículo[15] publicado en la revista _Carcinogenesis_ investigó los efectos antineoplásicos del CBG sobre el cáncer de colon en ratones. Los resultados demostraron que este cannabinoide promueve la apoptosis y reduce el crecimiento celular. Los investigadores concluyeron que el CBG debería ser considerado como un tratamiento en el futuro. En otra investigación, el CBG, junto con otros cannabinoides, produjo[16] una inhibición del crecimiento celular en un modelo de cáncer de mama.
El CBG también tiene efectos[17] analgésicos, antidepresivos y antibacterianos. Además, se ha demostrado que ejerce un efecto positivo sobre la psoriasis, deteniendo el crecimiento excesivo de ciertas células cutáneas.
CBN
El CBN no se biosintetiza en los tricomas de las plantas de marihuana, sino que es el resultado de la degradación del THC debida a la oxidación. Tras estar expuesto al calor, la luz y el oxígeno de forma prolongada, así como a un almacenamiento largo, el THC se descompone en CBN.
Se desconoce el perfil completo de los efectos del CBN, pero se cree que tiene propiedades sedantes. ¿Alguna vez has fumado una variedad que te ha dado mucho sueño? Podría ser debido a un nivel alto de algunos terpenos, o a que los cogollos en cuestión han estado almacenados durante mucho tiempo y han sido expuestos a cierto nivel de degradación.
Incluso este cannabinoide, creado por la oxidación, ha demostrado tener unas impresionantes cualidades medicinales. Al igual que el CBG, el CBN parece ser muy prometedor para combatir la psoriasis. Esto se debe a que reduce[18] la sobreproducción de unas células cutáneas llamadas queratinocitos, que contribuyen a la inflamación. El CBN también tiene propiedades anticonvulsivas y antibacterianas[19].
CBC
El nivel de CBC varía considerablemente en función de la planta. Algunas muestran niveles mínimos, mientras que las variedades derivadas de programas de cría selectiva producen cantidades mucho mayores, lo que hace que este cannabinoide sea uno de los más abundantes del cannabis. Curiosamente, los derivados de este cannabinoide se encuentran en otros lugares de la naturaleza, como en la especie Rhododendron y algunos hongos.
El CBC ha demostrado tener propiedades antinociceptivas, lo que significa que bloquea la detección del estímulo doloroso, un rasgo muy deseable en algunos analgésicos. Este cannabinoide también tiene efectos antiinflamatorios y potencia el efecto del THC en vivo (en organismos vivos). Este efecto podría ser interesante para los criadores que desean producir variedades con un efecto psicoactivo fuerte.
El CBC podría tener estos efectos[20] debido a su capacidad para unirse a los receptores CB2. El CBC es un agonista selectivo del receptor CB2, y podría contribuir al potencial terapéutico de algunas fórmulas cannábicas combatiendo la inflamación a través de este receptor.
THCV
Como su nombre indica, el THCV (tetrahidrocannabivarín) es una molécula similar al THC. La diferencia es que se trata de un propilo análogo del THC. El THCV interactúa[21] con ambos receptores CB1 y CB2. Este cannabinoide es un agonista parcial del receptor CB2, lo que significa que tiene cierta afinidad con dicho receptor. El THCV muestra un comportamiento distinto con el receptor CB1. En dosis bajas, funciona como un antagonista, bloqueando cierta actividad del receptor. Sin embargo, en dosis mayores, este cannabinoide se convierte en agonista del receptor CB1 y comienza a activarlo.
Esta relación con el receptor CB1 es la razón por la cual se cuestionan las propiedades psicoactivas del THCV. El THC produce su efecto en el receptor CB1 incluso en dosis bajas. El THCV es psicoactivo, pero hacen falta unas dosis altas para que deje de bloquear al receptor y lo active. En contraposición, las dosis bajas suprimen el apetito y reducen el efecto psicoactivo del THC.
En cuanto a sus propiedades terapéuticas[22], el THCV provocó pérdida de peso en ratones obesos, y posee efectos anticonvulsivos y antiinflamatorios.
CBDV
El CBDV es un propilo análogo del CBD. Al igual que el CBD, el CBDV tiene una afinidad baja con los receptores cannabinoides, y también inhibe la descomposición de la anandamida. El CBDV también interactúa con los receptores vanilloides y el debatido tercer receptor endocannabinoide, el GRP55. Las primeras investigaciones[23] han comprobado que el CBDV retrasa los defectos neurológicos en ratones, pero solo a corto plazo, después de su administración. El CBDV también tiene propiedades anticonvulsivas[24], y podría incluso superar al CBD en este respecto, un cannabinoide muy famoso por esta finalidad en particular. Además, el CBDV se muestra muy prometedor a la hora de combatir las náuseas y los vómitos.
THCA
El THCA es un ácido cannabinoide que se sintetiza en los tricomas de las plantas de cannabis. Esta molécula se convierte en THC por efecto del calor o la degradación a largo plazo. El THCA no es psicoactivo, y es un agonista débil de ambos receptores CB1 y CB2. La investigación señala que tiene efectos antiinflamatorios, neuroprotectores, antineoplásicos e inmunomoduladores. Un estudio[25] realizado con ratones obesos comprobó que este ácido cannabinoide también es capaz de reducir el tejido graso y prevenir las enfermedades metabólicas.
CBDA
El CBDA es el precursor ácido del cannabinoide CBD antes de que se produzca la descarboxilación. Esta molécula interactúa con los receptores de serotonina, vainilloide y GPR55, de forma parecida a su equivalente activado CBD. Y al igual que con el CBD, se están realizando muchos estudios[26] que analizan la influencia del compuesto en el bienestar. La investigación publicada en la revista Toxicology Letters observó una interacción entre el CBDA y ciertos tipos de células de cáncer de mama.
EL FUTURO DE LA INVESTIGACIÓN DE LOS CANNABINOIDES
En este artículo, hemos visto brevemente los cannabinoides más estudiados, pero estas investigaciones están lejos de ser concluyentes. Una mayor cantidad de ensayos clínicos a doble ciego, controlados con placebo y a mayor escala, nos ayudará a determinar con más exactitud lo que es capaz de hacer cada cannabinoide, así como la forma en que funcionan juntos. Con más de 100 fitocannabinoides identificados, está claro que nos esperan unos descubrimientos fascinantes.
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