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¿Cómo afecta la marihuana al sistema inmunitario?
Las investigaciones iniciales sugieren que la marihuana podría suprimir el sistema inmunitario. Aunque esto parezca prometedor para las afecciones causadas por un sistema inmunitario hiperactivo, podría suponer un mayor riesgo de infección en personas sanas. Sin embargo aún no se sabe exactamente cómo el cannabis influye en la función inmunitaria.
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Sin nuestro sistema inmunológico no duraríamos vivos mucho tiempo. Constantemente estamos rodeados de bacterias, hongos y virus que no dudarían un momento en aprovecharse de los recursos de nuestras células. El sistema inmunológico está compuesto de diversos órganos, células de varios tipos y proteínas que proporcionan distintas líneas de defensa contra esas amenazas externas. Sin embargo, todos estos componentes no siempre son suficientes para acabar con una infección antes de que se establezca. Todos nos resfriamos, cogemos la gripe y otras enfermedades infecciosas de vez en cuando, pero lo bueno de nuestro sistema inmunológico es que nos garantiza que la próxima vez estemos mejor equipados para combatirlas.
Para reducir las probabilidades de enfermarse, mucha gente busca formas de fortalecer o modificar su sistema inmunológico por medio de la alimentación, el ejercicio, cambios en el estilo de vida y suplementos. Aunque la ciencia respalda algunas de estas estrategias, otras las ve con más escepticismo. Pero ¿dónde encaja la marihuana en todo esto? ¿Ayuda a potenciar nuestra defensa celular, y a prevenir o minimizar las infecciones? ¿O en realidad empeora la situación? A continuación analizamos estas preguntas y otras.
¿Cómo funciona el sistema inmunológico?
Antes de profundizar en cómo podría afectar la marihuana a nuestra inmunidad, vamos a ver rápidamente cómo funciona el sistema inmunológico. Nuestras defensas fisiológicas se dividen en dos categorías principales: inmunidad innata e inmunidad adaptativa.
Todos nacemos con un sistema inmunológico natural (o general) que constituye nuestra primera línea de defensa contra los patógenos que penetran en nuestro cuerpo. Este sistema está formado por barreras como la piel y las membranas mucosas (el revestimiento interior de la nariz, la boca, los pulmones y otros órganos y cavidades), que impiden de forma física el avance de los gérmenes problemáticos.
Estas paredes biológicas también utilizan enzimas, ácidos y moco para combatir la formación de bacterias y virus. Las células carroñeras, conocidas como fagocitos, también forman parte del sistema inmunológico natural. “Fago” viene del griego “phagein”, y significa “consumir”. Los fagocitos hacen honor a su nombre, ya que envuelven e “ingieren” los patógenos intrusos.
Aunque nuestra inmunidad innata utiliza una estrategia muy amplia y poco selectiva para acabar con los invasores, nuestra inmunidad adaptativa (o adquirida) trabaja de una forma mucho más específica para eliminar a los intrusos. Si nuestras defensas naturales fallan, el sistema inmunológico adaptativo actúa como refuerzo identificando el patógeno y creando unos anticuerpos especiales que están diseñados para matarlo.
Estos son los dos agentes principales implicados en este proceso:
Linfocitos T | Estas células activan otras células inmunes, detectan y destruyen las células afectadas por los virus, y forman “memorias” de los patógenos para garantizar la inmunidad futura. |
Linfocitos B | Creados en la médula ósea, estas células se transforman en células plasmáticas y secretan una gran cantidad de anticuerpos (unos compuestos formados de azúcares y proteínas, que están especialmente diseñados para unirse a un antígeno y destruirlo). |
Linfocitos T |
Estas células activan otras células inmunes, detectan y destruyen las células afectadas por los virus, y forman “memorias” de los patógenos para garantizar la inmunidad futura. |
Linfocitos B |
Creados en la médula ósea, estas células se transforman en células plasmáticas y secretan una gran cantidad de anticuerpos (unos compuestos formados de azúcares y proteínas, que están especialmente diseñados para unirse a un antígeno y destruirlo). |
La marihuana, el sistema endocannabinoide y la inmunidad
El sistema inmunológico no trabaja de manera aislada (nada lo hace en nuestro cuerpo). Si tienes interés en el cannabis, ya conocerás el sistema endocannabinoide (SEC). Los investigadores descubrieron los componentes de este sistema cuando estudiaban los efectos de la hierba en el cuerpo. Con el tiempo, se dieron cuenta de que esos componentes están presentes en todo el organismo, desde el cerebro y los huesos hasta la piel, pasando por el aparato digestivo y el sistema inmunológico. Estos científicos apodaron al SEC como el “regulador universal” del cuerpo humano, ya que ayuda a mantenerlo todo en un estado de equilibrio, también conocido como homeostasis.
El SEC clásico consta de dos receptores (CB1 y CB2), endocannabinoides que actúan como moléculas señalizadoras (anandamida y 2-AG), y enzimas que generan y descomponen los endocannabinoides. Estos componentes también se encuentran en el sistema inmunológico, donde ayudan a controlar la función inmune, impulsan la homeostasis y regulan el sistema inmunológico. Los receptores CB1 y CB2 se encuentran en una gran variedad de células inmunes, como las células B, las células aniquilantes naturales, los monocitos, y los linfocitos CD8 y CD4. Los endocannabinoides se unen a estos sitios receptores y ayudan a regular procesos como la respuesta inflamatoria[1].
¿Fumar marihuana debilita el sistema inmunitario?
Algunos consumidores de marihuana, especialmente aquellos con un sistema inmunitario hiperactivo, recurren al cannabis para intentar controlar sus síntomas. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que los cannabinoides (un grupo de compuestos de la planta de marihuana) podrían reducir la función inmunitaria en personas sanas. En teoría, el debilitamiento del sistema inmunitario tras consumir marihuana podría favorecer la aparición de infecciones respiratorias entre los consumidores.
Los investigadores apenas han explorado superficialmente las interacciones que tienen lugar entre las células y los receptores de estos sistemas y la multitud de compuestos que se encuentran en las flores del cannabis. Los cannabinoides como el THC y el CBD influyen en el sistema inmunitario, pero aún no se sabe cómo lo hacen exactamente.
Las investigaciones preliminares[2] sugieren que los cannabinoides modulan la función inmunitaria en todo el cuerpo, desde la periferia hasta el cerebro. Los científicos están intentando averiguar si estos compuestos pueden influir en las células T (un tipo de glóbulo blanco que combate las infecciones) y en las citoquinas (moléculas de comunicación segregadas por las células inmunitarias).
Se están realizando estudios para valorar el uso de cannabis en enfermedades autoinmunes. Este grupo de enfermedades (que incluye la artritis reumatoide y el lupus) está causado por un mal funcionamiento del sistema inmunitario, que hace que las células ataquen los tejidos del propio cuerpo. Los investigadores están explorando el posible mecanismo de acción[3] de los cannabinoides para reducir la inflamación y la activación de las células inmunitarias, a fin de proteger al organismo contra este daño autoinfligido.
Aunque los cannabinoides pueden ser útiles en determinados escenarios clínicos, si se demostrara que reducen la activación de las células inmunitarias, entonces existe la posibilidad de que estos compuestos afecten a nuestras defensas corporales en circunstancias normales, aumentando el riesgo de sufrir un deterioro de la función inmunitaria[4] y enfermedades respiratorias.
El CBD y el sistema inmunológico
¿Dónde encaja el cannabidiol en lo que respecta al cannabis y el sistema inmunológico? ¿Ayuda el CBD con la respuesta inmunológica? ¿O influye en la inhibición de su actividad? A diferencia del THC, el CBD no tiene una gran afinidad por los principales receptores del sistema endocannabinoide. Sin embargo, la investigación inicial demuestra que esta molécula podría aumentar los niveles endocannabinoides. No existen muchas pruebas de que el CBD impulse el sistema inmunológico, pero los estudios en curso están tratando de determinar las propiedades inmunosupresoras de este cannabinoide. Se necesitan ensayos más completos en humanos para averiguar si el CBD tiene un efecto notable en pacientes con enfermedades autoinmunes.
¿Cómo afecta la marihuana al sistema inmunitario?
La estrecha relación que existe entre el SEC y el sistema inmunológico plantea la posibilidad de que el cannabis funcione como un agente modulador de nuestras defensas fisiológicas, dado que los endocannabinoides (presentes en el cuerpo) y los fitocannabinoides (presentes en las plantas) tienen una estructura similar. Esto significa que los cannabinoides externos, entre los que se incluyen el THC y el CBD, son en potencia capaces de unirse a los receptores del SEC, influir en la actividad enzimática, e imitar la acción de los endocannabinoides de forma general. Y dado que nuestros endocannabinoides afectan de manera importante a nuestro sistema inmunológico, los cannabinoides de la planta podrían ofrecer una forma de “hackear” el SEC en lo que respecta a la inmunidad.
Enfermedades autoinmunes
A veces, el sistema inmunológico se descontrola. En el caso de las enfermedades autoinmunes, las células que supuestamente nos protegen contra invasores externos, atacan los tejidos del cuerpo al confundir las articulaciones, la piel y las células nerviosas con bacterias y virus agresivos. Este daño autoinfligido produce una cascada inflamatoria que da lugar a síntomas como fatiga, dolores musculares, fiebre, caída del cabello y sarpullidos. Algunos trastornos autoinmunes frecuentes son la artritis reumatoide, la psoriasis y la esclerosis múltiple.
La investigación inicial ha estudiado los efectos de los cannabinoides sobre la inflamación en la evolución de la enfermedad autoinmune. Los estudios celulares y con animales también indican que la marihuana podría tener un efecto inmunosupresor.
Cannabis y esclerosis múltiple
La esclerosis múltiple (EM) pertenece a la categoría de enfermedades autoinmunes. Esta afección provoca síntomas de fatiga, dolor y espasmos musculares a medida que las células inmunitarias atacan el cerebro y los nervios. Aún no se conoce la causa exacta de la EM, pero probablemente se deba a una combinación de factores genéticos y ambientales. Los investigadores quieren averiguar si los cannabinoides nos pueden beneficiar frente a esta enfermedad de alguna manera, desde la neuroprotección hasta la reducción de la activación inmunitaria. Los asesores médicos de la “Sociedad de Esclerosis Múltiple” también creen que la marihuana medicinal podría ayudar a aproximadamente 1 de cada 10 pacientes en lo que respecta a la espasticidad muscular.
La espasticidad asociada a la EM también puede provocar una vejiga hiperactiva, lo que significa que la persona afectada tiene más ganas de orinar y lo hace con más frecuencia. Actualmente se está investigando para averiguar si los cannabinoides podrían ayudar a los pacientes en este ámbito. Pero, de momento, los resultados son contradictorios: los receptores cannabinoides ciertamente juegan un papel importante[5] en la vejiga urinaria, pero una investigación publicada en “The American Journal of Medicine” sugiere que el consumo de marihuana podría aumentar el riesgo[6] de padecer una vejiga hiperactiva. A pesar de estos datos, se están realizando otros estudios para conocer los efectos de los extractos de cannabis[7] en la incontinencia de los pacientes con EM.
Riesgo de infección viral e inmunosupresión
Si la marihuana interactúa con el sistema inmunológico inhibiéndolo, ¿podría abrir la puerta a los virus y otros patógeno infecciosos? Es posible. Debido a este efecto, el cannabis podría hacer que los consumidores habituales tengan un mayor riesgo de adquirir y transmitir infecciones, y de sufrir un deterioro de la función inmune en general.
Y lo que es todavía más preocupante, la investigación también indica que el consumo de marihuana a largo plazo podría activar las células mieloides supresoras (MDSC en inglés), que inhiben el sistema inmunológico, y **aumentar las probabilidades de desarrollar cáncer. Sin embargo, a pesar de su influencia sobre el sistema inmunológico, la ciencia está analizando el efecto de algunos compuestos del cannabis sobre los virus y bacterias patógenos.
Marihuana y VIH
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) se transmite principalmente a través de las relaciones sexuales sin protección. Una vez que se introduce en el cuerpo, el patógeno actúa como un parásito que destruye el sistema inmunitario. En las etapas iniciales de la infección, el VIH provoca síntomas parecidos a la gripe y una reducción considerable de los linfocitos T CD4+, que ayudan a reclutar otras células inmunitarias cuando se enfrentan a una infección. Tras estos primeros síntomas, el virus sigue replicándose, pero podría no causar más síntomas durante varios años; sin embargo, seguirá deteriorando y debilitando el sistema inmunitario, lo que acabará provocando que la persona se vuelva inmunodeprimida.
Dado que los científicos están explorando los efectos inmunosupresores del cannabis, parece lógico que las personas con VIH deberían evitar la planta; sin embargo, las encuestas muestran que muchas de ellas consumen marihuana[8]. Además de intentar descubrir los peligros del cannabis en los pacientes con VIH, los científicos también están
Trastornos neurodegenerativos
La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune caracterizada por la neurodegeneración. Las células inmunológicas lanzan un ataque inflamatorio contra el sistema nervioso central. Durante este proceso, las células desarrollan una afinidad especial por la mielina, la capa protectora y aislante que recubre las neuronas. Con el tiempo, este ataque daña la mielina y el propio nervio, lo que puede causar problemas con la activación del sistema nervioso. Los estudios en curso están analizando el posible efecto neuroprotector[10] de los receptores CB1 y de los compuestos que se unen a estos sitios.
Cannabis y ELA
La ELA (esclerosis lateral amiotrófica) es una enfermedad neurológica progresiva que afecta al cerebro, los nervios y la médula espinal. Las primeras fases de la enfermedad provocan debilitamiento, rigidez y espasticidad en los músculos. Lamentablemente, con el tiempo esta enfermedad evoluciona hacia una parálisis mortal. La causa exacta de la ELA aún no se conoce; algunos investigadores creen que tiene un aspecto autoinmune, mientras que otros rechazan esta teoría. Pero una investigación publicada en la revista “Frontiers of Neurology” descubrió alteraciones en el recuento de células inmunitarias y en los niveles de citoquinas en pacientes con esta enfermedad. Esto sugiere que la activación inmunitaria cumple un papel en un subgrupo de pacientes con ELA.
Actualmente, los científicos están estudiando los cannabinoides como posible medida terapéutica para la ELA. Concretamente, están examinando los compuestos para determinar su potencial para reducir la neuroinflamación, la excitotoxicidad (toxicidad causada por la activación excesiva de las neuronas) y el daño oxidativo. La capacidad del cannabis para suprimir elementos del sistema inmunitario también podría ser de gran ayuda, si las futuras investigaciones establecen una clara correlación entre la autoinmunidad y la ELA.
Coronavirus
El virus SARS-CoV-2, que causa la enfermedad COVID-19, ha cambiado el panorama mundial. A pesar del lanzamiento de la vacuna a nivel global, continúan apareciendo numerosos casos en muchas zonas, y los investigadores siguen buscando un tratamiento terapéutico.
Algunos equipos de investigación han decidido estudiar el cannabis en busca de moléculas potencialmente útiles. Aunque es posible que ciertos cannabinoides reduzcan la respuesta inmunológica, otros se están estudiando por sus efectos directos sobre las partículas de este virus. Además, las etapas finales y más peligrosas del COVID-19 están impulsadas por una respuesta inflamatoria muy agresiva.
Actualmente, investigadores de Portugal están probando mezclas de CBD y terpenos[11] contra la infectividad del SARS-CoV-2. Otros científicos están analizando el efecto de los ácidos cannabinoides CBGA (ácido cannabigerólico) y CBDA (ácido cannabidiólico) sobre la entrada del SARS-CoV-2 en las células huésped.
¿Es la marihuana buena o mala para el sistema inmunológico?
No tenemos suficientes datos para proporcionar una respuesta adecuada a esta pregunta. Algunas pruebas indican que la hierba tiene propiedades inmunosupresoras que podrían ser beneficiosas; sin embargo, si esto es cierto, también podría causar problemas en personas con un sistema inmunológico comprometido, así como en individuos sanos que consumen marihuana con frecuencia. Conclusión: es necesario realizar más ensayos en humanos para tener una respuesta clara.
- Endocannabinoids and immune regulation - PMC https://www.ncbi.nlm.nih.gov
- Cannabinoids and the immune system: an overview - PubMed https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov
- Cannabis and Autoimmunity: Possible Mechanisms of Action - PMC https://www.ncbi.nlm.nih.gov
- The Link between Cannabis Use, Immune System, and Viral Infections - PMC https://www.ncbi.nlm.nih.gov
- Cannabidiol for neurodegenerative disorders: important new clinical applications for this phytocannabinoid? - PMC https://www.ncbi.nlm.nih.gov
- Cannabinoids and autoimmune diseases: A systematic review - PubMed https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov
- About cannabis and MS | MS Society https://www.mssociety.org.uk
- Functional role of cannabinoid receptors in urinary bladder - PMC https://www.ncbi.nlm.nih.gov
- Relationship Between Marijuana Use and Overactive Bladder (OAB) https://www.sciencedirect.com
- The effect of cannabis on urge incontinence in patients with multiple sclerosis: a multicentre, randomised placebo-controlled trial (CAMS-LUTS) - PubMed https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov
- The Safety and Efficacy of Marijuana in Persons Living with HIV - PubMed https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov
- Cells | Free Full-Text | Cannabinoids Reduce Extracellular Vesicle Release from HIV-1 Infected Myeloid Cells and Inhibit Viral Transcription https://www.mdpi.com