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Raíces sanas: la clave para unas plantas de marihuana saludables
Sin un sistema de raíces sano, tus plantas de cannabis nunca alcanzarán su máximo potencial. Para obtener cosechas abundantes de cogollos espectaculares, tendrás que hacer todo lo posible para promover la salud de las raíces de tus plantas. Aquí te explicamos cómo, además de enseñarte a identificar, corregir y prevenir varios problemas de la raíz.
Unas raíces sanas son la clave para cultivar una marihuana excelente.
Índice:
Aunque es difícil verlas, las raíces son el corazón de las plantas de marihuana; son las responsables de absorber el agua, los fertilizantes y el oxígeno que necesita una planta para crecer. Unas raíces sanas[1] son la clave para obtener unas plantas sanas y una cosecha de calidad.
En este artículo, explicamos con todo detalle cómo conservar la salud de las raíces de tus plantas de cannabis, y cómo prevenir los problemas más habituales de la raíz, como la pudrición, el marchitamiento fúngico, el exceso de riego, etc.
¿Qué aspecto tienen las raíces de cannabis sanas?
Las raíces de cannabis sanas tienen un color blanco lechoso y no huelen a nada en particular. Si cultivas en macetas, las raíces deben crecer a través del sustrato y nunca dando círculos alrededor de las paredes del tiesto.
Si alguna vez has visto una planta con las raíces enfermas, sabrás exactamente qué aspecto no deberían tener las raíces. Una decoloración pardusca, un olor fuerte o una especie de mucosidad envolviendo las plantas son síntomas reveladores de que la planta sufre de pudrición de la raíz u otros problemas radiculares.
Cómo mantener sanas las raíces de tu marihuana
Las raíces de todas las plantas, incluido el cannabis, necesitan 3 compuestos básicos para crecer sanas: oxígeno, una temperatura adecuada y nutrientes. He aquí cómo proporcionar a tus plantas todo lo que necesitan para desarrollar unas raíces saludables y vigorosas:
1. Oxígeno
Para sorpresa de muchos cultivadores novatos, las plantas toman oxígeno respirando a través de sus raíces. Este proceso es fundamental para la creación de TFA (trifosfato de adenosina), una molécula que ayuda a transportar energía química a través de la planta. Si no reciben suficiente oxígeno, las plantas no podrán mover esa energía a través de su organismo y básicamente se morirán de hambre.
Si cultivas en tierra, una parte importante de cómo obtienen las raíces suficiente oxígeno es con un riego adecuado. Un exceso de riego ahogará las raíces de tus plantas, y no solo las privará de energía, sino que además favorecerá la aparición de patógenos. Por lo tanto, siempre recomendamos dejar que la tierra se seque después de cada riego. Otros consejos para mejorar el flujo de oxígeno a las raíces cuando cultivas en suelo, son:
- Cultivar en macetas de tela o “smart pots”. A diferencia de los tiestos de plástico y cerámica, las macetas de tela están hechas de un material transpirable que permite que el aire llegue a todas las zonas de la raíz, y no solamente a la capa superior del suelo. Las macetas de tela de RQS, por ejemplo, están especialmente diseñadas para maximizar el flujo de oxígeno que llega a las raíces de las plantas.
- Añadir perlita, vermiculita o musgo de turbera a la mezcla de tierra. Todas estas sustancias ayudan a mantener un suelo ligero y poco compacto, mejorando el flujo de aire alrededor de las raíces.
- Utilizar abonos y mezclas de tierra completas elaborados con materiales ecológicos que propicien la aparición de hongos, bacterias, insectos y microbios beneficiosos, con el fin de mantener una tierra suelta y promover el crecimiento de una red radicular grande y saludable.
Si cultivas con un sistema hidropónico, tendrás que asegurar que las raíces de tus plantas estén constantemente sumergidas en un agua rica en oxígeno. Una de las formas más habituales de aumentar el contenido de oxígeno en los depósitos hidropónicos es utilizando bombas de aire o piedras difusoras para airear el agua. Esto no solo estimula el desarrollo de las plantas, sino que también ayuda a evitar que el agua se estanque y albergue patógenos perjudiciales.
2. Temperatura
Las raíces de las plantas de marihuana prefieren una temperatura de alrededor de 24°C, y respiran y crecen más por la noche. Si cultivas en tierra, puedes hacer un par de cosas para mantener una temperatura constante alrededor de las raíces de tus plantas:
- Colocar un ventilador de entrada debajo del dosel, y un extractor por encima, para propiciar un flujo de aire saludable en el cuarto de cultivo. La falta de circulación de aire puede dar lugar a la creación de bolsas calientes que podrían subir la temperatura de la zona radicular.
- Usar termómetros para medir constantemente la temperatura del espacio de cultivo.
- Si cultivas al aire libre, puedes utilizar otras plantas (como el trébol) o una capa de mantillo y heno para cubrir la superficie del suelo y aislar las raíces de las plantas. Esto funciona especialmente bien en zonas con caídas repentinas de temperatura.
En un sistema hidropónico, deberás mantener el agua a una temperatura entre 19°C y 25°C. Con estas temperaturas, el nivel de oxígeno disuelto está en su punto máximo, lo que favorece la absorción de nutrientes y promueve un crecimiento más rápido. Para mantener el depósito a la temperatura óptima, puedes hacer lo siguiente:
- Pintar de blanco el recipiente del depósito. La pintura blanca refleja la luz y el calor, ayudando a mantener el depósito fresco.
- Añadir constantemente hielo o agua fría al depósito para enfriarlo.
- Invertir en un enfriador. Aunque los enfriadores de agua para sistemas hidropónicos son caros, son la opción más fiable para operaciones grandes.
3. Agua
Las raíces de las plantas se extienden en busca de agua y nutrientes. Cuando tu planta crezca y desarrolle unas raíces fuertes, deberás regarla correctamente para continuar estimulando su crecimiento.
Para quienes cultiven en tierra, esto significa aumentar gradualmente la cantidad de agua y la zona de riego. Cuando riegues tus plantas, tendrás que dirigir parte del agua fuera del radio que ocupan las raíces. Esto ayudará a que las raíces se extiendan por todo el tiesto en busca de más espacio y nutrientes.
En un sistema hidropónico, deberás encontrar el punto medio entre mantener las plantas sumergidas en agua para que las raíces no se sequen, y proporcionarles suficiente aire para que puedan respirar.
4. Fertilizantes
Aunque a menudo pensamos en los fertilizantes como en el combustible que impulsa el crecimiento vegetativo y la floración de las plantas, también son importantes para el desarrollo de unas raíces sanas.
El fósforo y el potasio son dos nutrientes claves que ayudan a fortalecer las raíces existentes, a la vez que favorecen el desarrollo de raíces nuevas. Por otro lado, el nitrógeno estimula el crecimiento vegetal; si ves que tus plantas están produciendo mucho follaje mientras las raíces quedan rezagadas, es buena idea aumentar el contenido de fósforo del fertilizante.
Si cultivas en tierra, te recomendamos añadir un poco de fósforo y potasio a la mezcla de tierra antes de plantar. La harina de hueso y el fosfato de roca, por ejemplo, son dos estupendas fuentes de fósforo, mientras que la ceniza de madera, las algas marinas y la arenisca verde son fuentes naturales de potasio. Estas sustancias pueden incorporarse al suelo para ayudar a tus plantas a desarrollar unas raíces saludables desde el principio.
En un sistema hidropónico se pueden añadir fertilizantes ricos en fósforo y potasio de manera temprana, para ayudar a las plantas a formar unas raíces fuertes con más rapidez. La vitamina B1, el ácido indol-3-butiríco y el ácido naftalenacético también estimulan el enraizamiento tanto en tierra como en hidroponía.
Detección y corrección de los problemas de raíces del cannabis
A continuación, te presentamos un resumen muy completo de los problemas radiculares más habituales de la marihuana, y cómo detectarlos y tratarlos.
1. Exceso/escasez de riego
El exceso y la escasez de riego son dos problemas muy habituales entre los cultivadores novatos. Afortunadamente, ambos son fáciles de corregir, siempre que se detecten a tiempo.
*Síntomas
Los dos síntomas más reveladores de un riego excesivo o insuficiente son la languidez y el marchitamiento. Si te fijas en la tierra, entenderás mejor en qué estás errando: si el suelo está completamente seco, le falta agua; si lleva días húmedo y no se seca, has regado demasiado.
*Soluciones
Si no has regado lo suficiente, empieza a hacerlo con más frecuencia. Aunque cada cultivador tiene una forma diferente de regar, la regla de oro dice que solo hay que regar cuando la tierra está seca.
Por otro lado, si tus plantas han recibido demasiada agua, tendrás que esperar a que el suelo se seque por completo antes de volver a regarlas. Considera reducir la cantidad de agua cada vez que riegues para evitar que las raíces se ahoguen.
2. Mosca del mantillo
Las moscas del mantillo son unos insectos pequeños, parecidos a moscas, a los que les encanta poner sus huevos en la tierra húmeda. Y, aunque suelen considerarse una plaga de poca importancia, pueden tener un efecto devastador sobre tus plantas si permites que su número aumente demasiado.
*Síntomas
Las moscas del mantillo se suelen encontrar volando alrededor de las plantas de interior. Las hembras adultas depositan sus huevos en el sustrato húmedo; una vez que eclosionan, las larvas se introducen en el suelo para alimentarse de materia orgánica. Cuando se convierten en adultas, salen a la superficie y se repite todo el proceso.
Aunque las moscas adultas no atacan a las plantas, las larvas pueden alimentarse de sus raíces, causando síntomas como la languidez y el marchitamiento. También pueden propagar esporas de hongos (como el pythium) al depositar sus huevos, por lo que es importante detectar rápidamente una infestación de moscas del mantillo.
*Soluciones
Para eliminar la mosca del mantillo, hay que seguir un proceso de 3 partes:
- Matar a las adultas. La forma más fácil de hacerlo es con trampas para moscas.
- Matar a las larvas. En primer lugar, deberás tratar las plantas infestadas con insecticidas microbianos, como la bacteria Bacillus thuringiensis. A continuación, espera a que se seque la tierra para después regar con una mezcla de 1 parte de peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) por 4 partes de agua; esta mezcla acabará con las larvas sin dañar a tus plantas. Aplícala una vez a la semana hasta que desaparezcan todas las moscas adultas.
- Prevenir otra infestación. Un riego adecuado y las trampas y pastillas antimosquitos ayudan a impedir que la mosca del mantillo deposite sus huevos en tu cultivo.
3. Fertilización excesiva (quema de nutrientes)
Aunque los fertilizantes ayudan a las plantas a crecer más rápido y a engordar sus cogollos, una fertilización excesiva puede causar daños graves en las raíces, retrasando su crecimiento y provocando un estrés que podría afectar considerablemente a la calidad y el tamaño de tus cosechas.
*Síntomas
La quema de nutrientes puede tener varias causas. Los cultivadores novatos suelen creer erróneamente que cuanto más fertilizante usen, mejor crecerán sus plantas. Sin embargo, este problema también puede ocurrir entre los cultivadores con más experiencia, especialmente como resultado de un desequilibrio del pH que causa una repentina acumulación de nutrientes en el medio de cultivo, exponiendo a las raíces a altas concentraciones de fertilizante.
Independientemente de sus causas, la quema de nutrientes presenta los mismos síntomas, que son:
- Las hojas adquieren un color verde oscuro, poco natural.
- Las hojas de abanico se curvan hacia arriba.
- Hojas con las puntas secas y de color amarillo-pardusco.
*Soluciones
Para combatir la quema de nutrientes, puedes:
- Utilizar medidores de pH y EC para conocer las causas.
- Hacer un lavado de raíces con agua de pH equilibrado, durante 1 semana.
- Reducir de forma gradual la dosis del fertilizante, a la vez que compruebas el pH y la EC, para garantizar que las plantas sean capaces de absorber los nutrientes de forma adecuada.
- Utilizar la dosis correcta de fertilizante.
4. Pudrición de la raíz
La pudrición de la raíz, como su nombre indica, hace que las raíces enfermen y se pudran. Generalmente está causada por una acumulación de bacterias y hongos dañinos (como el fusarium y el pythium), que se desarrollan en los suelos anegados y el agua estancada.
*Síntomas
Esta enfermedad hace que las plantas se pongan mustias o se marchiten, y desarrollen un follaje de aspecto enfermizo y amarillento. Desafortunadamente, estos síntomas son bastante comunes para todas las plagas y enfermedades del cannabis; por tanto, solo sabrás con certeza que tu planta sufre de pudrición de la raíz si observas sus raíces.
Las raíces podridas presentan un aspecto viscoso y húmedo, un color marrón y, a veces, desprenden un olor a "podrido". En los sistemas hidropónicos, es posible que veas algas creciendo alrededor de las raíces afectadas.
Cuando las bacterias y hongos que causan este problema atacan a las raíces de una planta, interfieren con su capacidad para absorber nutrientes y agua. Esto, a veces, puede causar síntomas de deficiencia de nutrientes, como hojas amarillentas, un crecimiento atrofiado, tallos descoloridos, etc.
*Soluciones
Si te enfrentas a este problema en un cultivo en tierra, deberás trasplantar las plantas afectadas a unas macetas esterilizadas con tierra limpia. Pero, antes de realizar el trasplante, añade un agente bacteriano beneficioso como Bacillus amiloliquefaciens o micorrizas a la tierra nueva, o aplícalo directamente sobre las raíces.
Una vez hayas tratado y trasplantado las plantas afectadas, haz un seguimiento de su salud y repite el tratamiento con la bacteria Bacillus o las micorrizas, en caso necesario.
Si cultivas en hidro y tienes un problema de pudrición de la raíz, limpia y esteriliza todo el sistema, desde las macetas hasta las bombas. A continuación, deberás llenar el depósito con agua limpia de pH equilibrado, y añadir Hydroguard u otro agente bacteriano. Antes de volver a colocar las plantas en las macetas y en el sistema hidropónico, intenta lavar las raíces bajo el grifo de agua fría, con cuidado de no romperlas.
Después, haz un seguimiento de la salud de tus plantas y repite el tratamiento bacteriano, si es necesario.
5. Raíces enredadas
Las raíces de las plantas se enredan al quedarse sin espacio en la maceta. Cuando el tiesto se les queda pequeño, las raíces continúan creciendo y pueden acabar enmarañadas. Con el tiempo, estas plantas dejarán de crecer y sufrirán deficiencias nutritivas, ya que sus raíces no podrán absorber el agua ni los fertilizantes, ni respirar adecuadamente.
*Síntomas
Los síntomas más comunes de unas raíces enredadas son:
- La tierra se seca muy rápido. Si ves que estás regando tu planta cada 1-2 días, es señal de que necesita más agua de la que puede alojar la maceta.
- Deficiencias nutritivas. Las plantas con raíces enredadas se esfuerzan para poder absorber los nutrientes y, con el tiempo, presentarán síntomas de deficiencias, como unas hojas amarillentas.
- Un crecimiento excesivo en el mismo tiesto. Si una planta sana ha estado creciendo durante meses en la misma maceta de tamaño pequeño/mediano, es probable que sus raíces estén empezando a enredarse.
- Inclinación hacia un lado. Si una planta es demasiado alta o ancha para la maceta, se volverá inestable y podría inclinarse hacia un lado o caerse con frecuencia. Esto es una señal inequívoca de que el tiesto se le ha quedado pequeño y sus raíces podrían estar empezando a enredarse.
*Solución
Para evitar que las raíces de tu planta se enreden, deberás trasplantarla a una maceta más grande antes de que la actual se le quede pequeña. Lo ideal sería trasplantarla cuando las raíces hayan alcanzado los bordes del tiesto, y antes de que empiecen a crecer en círculos alrededor de las paredes en busca de más espacio.
- Tamaño del dosel. Cuando las hojas de una planta cubren la circunferencia de su maceta, es señal de que necesita ser trasplantada.
- Desarrollo de la raíz. Observa las raíces de tu planta a través de los orificios de drenaje; si han llegado al fondo, deberás trasplantarla.
- Periodo de crecimiento. Cuando tengas más experiencia, sabrás cuando ha llegado el momento de trasplantar, basándote en el tiempo que lleva creciendo la planta. También puedes optar por trasplantar a macetas más grandes durante las 2 últimas semanas de crecimiento vegetativo, para que las raíces puedan expandirse nada más empezar la floración.
Si dejas que las raíces se enreden accidentalmente, tendrás que aflojarlas antes del trasplante. Para ello, retira la mayor cantidad de tierra posible de las raíces y, a continuación, utiliza unas tijeras afiladas y esterilizadas para podar y aflojar el cepellón.
Por último, coloca la planta en una maceta más grande y deja que siga creciendo durante al menos una semana, para que se recupere del estrés del trasplante.
6. Estructura radicular pobre
Las raíces del cannabis desarrollan una estructura piramidal; la raíz primaria crece verticalmente hacia abajo, mientras que las raicillas y sus capilares tienden a expandirse horizontalmente. Por desgracia, algunas plantas tienen dificultades para desarrollar un sistema de raíces fuerte y con una estructura sólida, lo que afecta a su capacidad para respirar y absorber nutrientes y agua; esto resulta en un crecimiento atrofiado y poco saludable, y en unas cosechas pobres.
*Síntomas
Una de las principales funciones de las raíces es anclar la planta firmemente en el suelo. Las plantas con un sistema radicular mal desarrollado podrían tener dificultades para mantenerse erguidas, especialmente cuando sus ramas se llenan de flores. Dado que las raíces también son las responsables de absorber agua y nutrientes, una planta con raíces poco desarrolladas puede presentar síntomas de un exceso o escasez de riego, un crecimiento lento o atrofiado, y deficiencias nutritivas que pueden afectar al tamaño de la cosecha.
*Solución
Para ayudar a tus plantas a desarrollar un sistema radicular saludable, es importante fomentar la formación de las raíces lo antes posible. Una manera de hacerlo es utilizando hormonas de enraizamiento al germinar las semillas o cortar esquejes. Otro enfoque más holístico es plantar tu marihuana en un medio rico en vida microbiana.
Por ejemplo, los microorganismos como los hongos Trichoderma, las endomicorrizas y las rizobacterias crean una relación simbiótica positiva con las raíces de las plantas, ayudándoles a absorber más nutrientes para que se desarrollen más rápido y mejor, al mismo tiempo que las protegen de patógenos (como el pythium y el fusarium). Cultivar en un súper suelo ecológico es una de las mejores formas de exponer las raíces de tus plantas a una mezcla rica en microorganismos beneficiosos.
Si no cultivas en tierra, puedes añadir agentes bacterianos y fúngicos al depósito del sistema hidropónico, al sustrato que estés utilizando, o directamente sobre las raíces de tus plantas.
7. Zona radicular fría y caliente
La temperatura es uno de los factores más importantes que influyen en el desarrollo de las raíces de las plantas. El cannabis prefiere las temperaturas diurnas de entre 16 y 30°C. Todo lo que se salga de este rango ralentiza el crecimiento de la planta, y podría afectar la potencia y aroma de sus cogollos. Las temperaturas por debajo de los 13°C hacen que la planta entre en un estado de shock leve.
*Síntomas
La temperatura, tanto demasiado baja como demasiado alta, puede afectar a las raíces de una planta, causando languidez, marchitamiento, un crecimiento atrofiado, amarilleamiento de las hojas u otras formas de decoloración, y cambios en la absorción del agua. El calor también atrae a los insectos a la zona del cultivo, y puede crear un ambiente perfecto para los patógenos, que atacan a las raíces y causan otros muchos problemas.
Los problemas de temperatura en la zona radicular pueden afectar rápidamente a la absorción de agua y nutrientes de una planta, así como causar deficiencias o la quema de nutrientes.
*Solución
La mejor estrategia para abordar los problemas de temperatura de la zona radicular es una buena defensa. Acostúmbrate a comprobar con frecuencia la temperatura del cuarto de cultivo y del sustrato (ya sea tierra o agua).
Una forma estupenda de enfriar las raíces es colocando ventiladores debajo del dosel. Si cultivas al aire libre, puedes usar una capa de rocas o mantillo, o una planta de tallos rastreros (como el trébol), para aislar las raíces y evitar las oscilaciones de temperatura.
Por otro lado, si la temperatura de la zona radicular es demasiado baja, haz que los ventiladores dirijan el aire en sentido contrario al suelo, utiliza un humidificador para aumentar la temperatura con cuidado, y pon una capa de mantillo para aislar la zona de la raíz.
En hidroponía, es más fácil conservar la temperatura de la zona radicular; siempre que la temperatura del depósito de agua permanezca dentro del rango adecuado (entre 18 y 25°C), no deberías tener ningún problema.
8. Fusarium
Fusarium es un hongo muy temido, capaz de destruir completamente un cultivo de marihuana. Es uno de los principales causantes de la pudrición de la raíz, y sus esporas tienen la capacidad de permanecer latentes durante años, lo que hace que sea prácticamente imposible detectarlo hasta que ha empezado a atacar a tus plantas.
*Síntomas
El fusarium ataca a las raíces, afectando a la absorción de agua y nutrientes. Sus síntomas son el debilitamiento y el marchitamiento de las plantas. También es posible que notes que la tierra alrededor de la planta afectada permanece húmeda durante días, ya que ha dejado de absorber agua. En algunos casos, una infección de fusarium puede matar a la planta en cuestión de días.
*Soluciones
Desafortunadamente, no existe cura para el fusarium. Una vez que ataca a tu cultivo, deberás centrarte en detener su propagación, sacrificando a las plantas afectadas y esterilizando el cuarto de cultivo.
9. Pythium
El pythium es otro asesino muy temido por los cultivadores de marihuana de todo el mundo. Es un género de algas parásitas y otra de las causas principales de la pudrición de la raíz (especialmente en hidro). Aunque puede atacar a las plantas en cualquier etapa de su ciclo de vida, las plántulas son las que corren más riesgo de sufrir sus ataques.
*Síntomas
Por debajo de la superficie, el pythium forma una masa viscosa, parduzca y maloliente alrededor de las raíces de la planta. Si cultivas en hidro, tendrás la ventaja de poder ver estos síntomas. Por encima de la superficie del suelo, los síntomas de esta infección pueden ir desde la languidez y el marchitamiento hasta las señales de problemas nutritivos o quemaduras leves; esto provoca que la infección pythium sea especialmente difícil de diagnosticar cuando se cultiva en tierra.
*Solución
A veces, el pythium se puede combatir con agentes especiales para la pudrición de la raíz, pero hay que tener en cuenta que estos tratamientos son caros y no siempre garantizan buenos resultados. Si tus plántulas están infectadas con pythium, lo mejor es que te deshagas de ellas, esterilices todo el material de cultivo y comiences de cero, en lugar de emprender una complicada batalla para acabar obteniendo una cosecha mediocre.
10. Marchitamiento fúngico (Damping off)
El marchitamiento fúngico es uno de los problemas más habituales a los que se enfrentan los cultivadores de marihuana. Esta afección está causada por el pythium, la botrytis o el fusarium, y solo afecta a plántulas y esquejes.
*Síntomas
Este problema hace que las plántulas de cannabis se marchiten y se desplomen. Puede suceder en cuestión de horas; es posible que por la mañana tengas unas plántulas perfectas, y cuando vayas a verlas por la tarde, se hayan desmoronado.
*Solución
El marchitamiento fúngico no tiene cura. Cuando las plántulas o los esquejes se han marchitado, no hay nada que puedas hacer para salvarlos.
Si ves que uno de tus plantones empieza a marchitarse, lo mejor que puedes hacer es sacarlo de la zona de cultivo lo antes posible, para evitar que se propague. Algunos cultivadores rocían las plántulas afectadas con agua oxigenada, para acabar con el hongo e impedir su propagación.
La importancia de crear una zona radicular sana para el cannabis
Las raíces son las responsables de absorber los nutrientes, el agua y el oxígeno que tus plantas de marihuana necesitan para crecer. Para ayudar a tus plantas a crecer con la mejor salud posible y producir los mejores cogollos, es fundamental que desarrollen un sistema radicular fuerte desde el principio, con el fin de potenciar la producción de cogollos más adelante.
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- Punja Z. K. (2021). Emerging diseases of Cannabis sativa and sustainable management. https://www.ncbi.nlm.nih.gov