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¿Está fallando la regulación de las asociaciones de cannabis en España?
En Barcelona y otras partes de España, es posible unirse a clubes exclusivos para miembros para cultivar y fumar marihuana. Las leyes que permiten esto son flexibles y liberales, pero ¿están allanando el camino para la delincuencia violenta?
Índice:
La actitud de España hacia la marihuana es muy permisiva desde hace mucho tiempo, y el consumo personal fue despenalizado en la década de 1970. De hecho, en Barcelona hay una estatua de Cristóbal Colón con un relieve de dos plantas de marihuana que crecen en la columna. Se sabe que utilizaba cáñamo en muchas cosas, como en las velas de sus barcos, y se rumorea que también lo fumaba. Incluso se cree que podría haberlo introducido en Europa de contrabando.
Así que, la marihuana forma parte de la historia y la cultura españolas, y donde es más evidente es en los clubes sociales de cannabis de Barcelona. La finalidad de estos clubes sin ánimo de lucro es permitir que los miembros disfruten de cultivar y fumar marihuana en un entorno legal y seguro. Pero la falta de legislación junto con una mala aplicación deja estos permisos abiertos al abuso por parte de bandas criminales. ¿Qué se puede hacer? ¿Es una amenaza para la escena cannábica de España?
¿Qué son los clubes sociales de cannabis de España?
Los clubes sociales de cannabis españoles, particularmente de Barcelona, son el resultado de una legislación poco estricta y de un vacío legal, en lugar de la legalización o incluso la despenalización. Un club de cannabis es, supuestamente, una organización sin ánimo de lucro de miembros que se unen y pagan cuotas de mantenimiento para fumar y cultivar marihuana. Vender marihuana no es legal, por lo que se supone que las cuotas de los miembros solo cubren los gastos operativos del club.
Actualmente existen muchos de estos clubes, cientos, de hecho. Mientras que algunos son oficiales, otros pasan desapercibidos. Del mismo modo, algunos respetan de forma más escrupulosa los límites de la ley, y sirven solamente a un número selecto de miembros de confianza, mientras que otros están prácticamente abiertos a todos, incluidos los turistas. Hace un tiempo, solamente se podía entrar a las asociaciones a través de una recomendación de un miembro existente. Esto hizo que los clubes tuviesen un carácter más personal, reducido y unido. Sin embargo, hoy en día, muchos clubes tienen las puertas abiertas al público y el negocio está creciendo exponencialmente.
¿Qué dice la ley realmente sobre los clubes de cannabis?
La legislación de los clubes sociales de marihuana no es demasiado clara, y existen (en teoría) sin tener que infringir ninguna ley, en lugar de regirse por ellas. En España no es ilegal fumar marihuana en propiedad privada. Así es como operan los clubes de marihuana, trabajando dentro de estos vacíos legales.
Como hemos dicho, oficialmente los clubes no tienen ánimo de lucro; los miembros simplemente pagan una cuota de mantenimiento y a cambio obtienen marihuana gratis. La hierba cultivada por el club debe ser proporcional a la cuota (alrededor de 3 gramos por persona) para que cuente como cultivada para consumo personal. Básicamente, en sentido legal, estos clubes son poco más que un grupo de amigos que se reúnen para cultivar y fumar marihuana juntos. Sin embargo, en la realidad las cosas son muy diferentes.
El auge del turismo cannábico
Ámsterdam es probablemente el lugar más famoso de Europa en lo que respecta al turismo de marihuana, pero a medida que la legislación se hace más estricta, las miradas se dirigen hacia el sur, a España. En Ámsterdam, la situación legal es muy diferente pero igual de ambigua. Cultivar marihuana en los Países Bajos es ilegal para cualquier finalidad, pero venderla en un coffeeshop no lo es. ¿Te preguntas de dónde sale su marihuana? Pues de cultivos ilegales, cuyo producto se legaliza una vez que llega a un coffeeshop. ¡Claramente un extraño conjunto de circunstancias!
Sin embargo, en España es legal que los clubes cultiven y distribuyan su marihuana, siempre y cuando sea solamente para los miembros. Pero, ¿cómo se define un miembro?
Con la falta de legislación y orientación sobre las asociaciones de cannabis en España, el acceso a una de ellas puede ser tan simple como completar un formulario online. Esta actitud permisiva tiene sus pros y sus contras. Por un lado, significa que prácticamente cualquier persona mayor de 18 años puede unirse a un club de cannabis y tener acceso a marihuana de buena calidad en un entorno generalmente seguro y agradable.
Por otro lado, la cultura cambia inevitablemente de una que gira en torno a disfrutar de la marihuana (de forma legal) a una que tiene una gran cantidad de miembros y debe encontrar formas de garantizar que estos socios reciban marihuana continuamente.
El crimen organizado entra en acción
Con tantos miembros, es evidente que estos clubes tienen el potencial de ser increíblemente rentables. Y como se supone que no obtienen ganancias a nivel legal, es aquí donde comienzan a surgir los problemas.
Al estar las membresías en constante crecimiento y fluctuación, puede ser difícil para los clubes cultivar suficiente hierba para sus socios. Al poder cultivar solamente una cantidad proporcional a la cantidad de sus miembros, la cual está en constante crecimiento, se puede producir un déficit en el abastecimiento continuo de hierba para todos. Por lo tanto, necesitan importar marihuana de plantaciones más grandes. Llegados a este punto, se vuelve ilegal.
Estas plantaciones más grandes, que operan para dar servicio a clubes de cannabis y coffeeshops, están dirigidas por delincuentes, que a menudo utilizan un solo club como fachada para justificar los cultivos. A medida que pasa el tiempo, aumentan las probabilidades de que se conviertan en grupos organizados peligrosos que compiten para obtener ganancias.
Pero eso no es todo. España se está convirtiendo en uno de los principales exportadores de marihuana del mundo, especialmente en Europa, donde la marihuana española se puede encontrar en casi todas partes. Por lo general, pasa a través de los Pirineos y llega hasta Francia, donde luego se distribuye por todo el continente.
Esto está causando problemas graves en la imagen de los clubes de cannabis de España, porque las leyes que se crearon para permitir el consumo personal ya no se respetan para facilitar el tráfico internacional de drogas.
¿Qué se está haciendo al respecto?
Las autoridades españolas están abordando o considerando estas cuestiones de muchas formas. Incluyen tanto leyes más estrictas como leyes más flexibles; pero no importa por cuál se opte, sin una implementación adecuada, es probable que sigan sin respetarse.
Vigilancia
Tal y como están las cosas, sin la introducción de nuevas leyes, lo único que se puede hacer es vigilar y gestionar estos problemas. Sin embargo, la policía se enfrenta a problemas importantes a la hora de perseguir a los infractores. Aunque la producción comercial de marihuana en España es ilegal, suele recibir un castigo bastante limitado.
Al ser un mercado sumamente rentable, la ley es muy poco disuasoria en comparación a los beneficios que pueden llegar a obtener los productores. Por lo tanto, aunque la policía realiza redadas de forma regular, desmantela cultivos ilegales y arresta a los cultivadores, estas personas suelen ser liberadas con un castigo mínimo o inexistente y continúan actuando. En la práctica, la sentencia máxima para el cultivo ilegal de marihuana es de alrededor de dos años y, a menudo, mucho menos.
De la misma manera, la policía puede acusar a las personas equivocadas. Diferenciar entre cultivos legales e ilegales puede ser difícil, y esto significa que muchos clubes legítimos están viendo cómo sus cultivos son atacados. Aunque es posible que no se tomen más medidas, sigue siendo perjudicial y ensombrece lo que se supone que es un pasatiempo agradable y relajante.
Leyes más estrictas
Algunas personas sugieren crear leyes más claras y estrictas. De hecho, ya sucedió en Cataluña en 2017, bajo el nombre de la Rosa Verda[1]. El propósito de esta ley era dejar claras las formas en que se permitía operar a los clubes sociales de cannabis, facilitando la determinación de cuáles actuaban legalmente y cuáles no. Las regulaciones fueron las siguientes:
- Los clubes solamente pueden cultivar un máximo de 150kg de hierba seca al año.
- Los clubes deben hacer cumplir una espera de 15 días desde la solicitud hasta la aceptación del nuevo miembro.
- Los clubes deben utilizar transportistas registrados para transportar marihuana de una plantación a otra.
¿Qué hacen estas reformas? Limitan la dimensión de un club, obligándolos a permanecer dentro de los límites ya establecidos: operar sin ánimo de lucro. Al establecer un límite infranqueable e igual en la cantidad de hierba que puede producir cada club, limitan con eficacia la cantidad de socios que podrían tener, limitando así también su posible rentabilidad.
Del mismo modo, facilitarían la detección de las explotaciones agrícolas con fines de suministro ilegal. En lugar de tratar de identificar si una plantación es para un club o para una empresa ilegal, los reguladores solamente necesitarían identificar cuánto produce una plantación.
El límite de la espera para convertirse en miembro fue claramente un intento para evitar que los turistas se unieran de forma espontánea. Sin embargo, como era posible hacerse socio por internet, esta medida se superó fácilmente, solo con registrarse al menos dos semanas antes de llegar. No obstante, supuso un primer paso para frenar el turismo cannábico en relación a las personas menos informadas y preparadas.
Pero esta ley fue derogada por el Tribunal Constitucional de España en 2018, al considerarse inconstitucional.
Leyes más amplias
Por supuesto, también existe la posibilidad de flexibilizar las leyes, en lugar de endurecerlas. Algunas personas piden que se eliminen las regulaciones y se legalice el cultivo y la obtención de beneficios. El argumento es bien conocido, y se dice que al legalizar el mercado, el elemento criminal sería eliminado y el Estado se beneficiaría de las ganancias.
Entonces, ¿por qué no? Existen muchas razones por las que los estados se muestran reacios a legalizar del todo la marihuana. Para muchos, se considera que crea un problema de imagen. Dentro de Europa, por ejemplo, España sería el primer país en legalizar completamente la marihuana. Aunque mucha gente consideraría esto un progreso, otras personas no compartirían este punto de vista.
Además, si se permitiera a los cultivadores españoles cultivar sin limitaciones, serviría solamente para aumentar los problemas con el comercio internacional de marihuana ilegal. Puede que España, al participar en el suministro de marihuana a otros países, no fuese muy aceptada por sus vecinos europeos.
A nivel nacional, a pesar de que los clubes sociales de cannabis son tolerados y apreciados, la comercialización podría plantear objeciones. Actualmente, la promoción de la marihuana es ilegal. Si se legalizara a nivel comercial, esta y otras leyes podrían cambiar. Por lo tanto, en lugar de que se considerase que el estado está mostrando una actitud relajada y liberal hacia las opciones de drogas de la gente, podría percibirse como un fomento activo del consumo de marihuana.
La situación actual
En la actualidad, España parece estar atrapada en un limbo. Aunque Cataluña tiene un interés evidente por impulsar la legislación, con la esperanza de regular los clubes sociales para que sigan existiendo, el estado español no tiene claro cómo proceder. Esto significa que, tal y como están las cosas, se espera que continúen en un ciclo de delitos, arrestos y pocas sanciones.
España como centro internacional de drogas
Uno de los principales temores es que España se haya convertido y siga siendo un centro del tráfico internacional de drogas. El mundo quiere marihuana, y mientras la legislación sea permisiva en España, será el centro perfecto para la producción de marihuana en Europa. Sin embargo, ante la falta de regulaciones reales, las bandas criminales están cubriendo esta necesidad. ¿Y en qué lugar deja esto a España?
La gente cita los ejemplos de Afganistán, Marruecos y Colombia como países que han sufrido enormemente debido a su prevalencia como exportadores de drogas ilegales. Se teme que algunas partes de España vayan en la misma dirección si no se hace nada con el cultivo ilegal.
De hecho, las bandas ya compiten por zonas y clientes. Ya no cultivan solamente aficionados apasionados, sino que el cultivo de marihuana se ha convertido en un negocio peligroso y lucrativo por el que muchos están dispuestos a luchar.
Clubes sociales de cannabis: ¿sueño progresista o pesadilla legislativa?
A primera vista, disfrutar de una actitud relajada hacia el consumo y el cultivo de marihuana en España suena genial. Y, de hecho, el pensamiento detrás de la ley es que las personas tienen derecho a cultivar y fumar marihuana si lo desean, y que el estado debería adoptar una actitud liberal y no intervenir demasiado al respecto.
Sin embargo, las leyes flexibles y la aplicación limitada contra la delincuencia han hecho que grupos delictivos organizados abusen de estas libertades para lucrarse con ello y no para disfrutar de la marihuana.
Debido a que los clubes legales están siendo asaltados por la policía o intimidados por las bandas criminales, la atmósfera está cambiando de una situación relajada a una incertidumbre cargada de tensión. ¿Y qué se puede hacer? Como el Estado no se decide por una línea de actuación, el vacío legal actual queda expuesto a abusos que, a largo plazo, podrían amenazar el destino de la reforma liberal de la marihuana en España y más allá.
- BOE-A-2017-9367 Ley 13/2017, de 6 de julio, de las asociaciones de consumidores de cannabis. https://www.boe.es