Cómo y cuándo hacer un lavado de raíces a tus plantas de marihuana

Por fin has terminado tu cultivo, obteniendo una preciosa planta cubierta de cogollos tremendos, que ahora están secos, curados y listos para fumar, pero aún así hay algo que falla. Casi no eres capaz de quemar el material, y cuando das una calada parece que un caballo te da una coz en los pulmones, terminando por toser como si se te fuera la vida! El sabor es desagradable y decepcionante. Si has sufrido esta situación, lo más probable es que las raíces de tus plantas no hayan sido lavadas adecuadamente antes de la cosecha.

Este humo poco agradable es causado por las complicadas reacciones de combustión de varias moléculas, que alteran la forma en que se quema. Los lavados de raíces eliminan el exceso de nutrientes^[1] de la tierra y hacen que la planta cambie su metabolismo interno para consumir nutrientes. Afortunadamente, lavar tu marihuana es una tarea fácil y sencilla, y te ayudará a conseguir cogollos suaves y deliciosos en poco tiempo.

¿Qué es un lavado de raíces?

La acción de lavar las raíces de una planta usando agua corriente para eliminar activamente todos los nutrientes de la tierra. Se hace pasar una gran cantidad de agua a través de la tierra y se drena habitualmente. Cualquier mineral o nutriente presente en el suelo se lava con el tiempo, dejando el terreno limpio.

¿Por qué ibas a querer retirar todos los nutrientes de la tierra? ¿No daña eso la cosecha? En realidad, contribuye a la calidad de tu cosecha de una manera significativa. Cuando los nutrientes se eliminan del suelo, fuerzan a la marihuana a consumir el alimento residual que todavía está presente en la planta. Es muy parecido al cuerpo humano. Ingerimos mucha comida, y la que no utilizamos se convierte en grasa. En casos extremos, cuando escasea el alimento, el cuerpo utiliza esa grasa acumulada para usar su energía.

Dado que el lavado fuerza al cannabis a utilizar los nutrientes residuales de la planta, no debería quedar ninguno que pueda echar a perder la cosecha. Sin embargo, si se hace muy temprano, puede empeorar la salud de la planta, así que el momento escogido es clave.

El mejor momento para lavar las raíces del cannabis

El lavado se comienza normalmente dos semanas antes de la cosecha. Si la planta tiene un período de floración de 8 semanas, el lavado empezará seis semanas después del inicio de la etapa de floración. Pero es preferible analizar los tricomas de tu planta para intentar predecir cuando la planta estará lista. Si los minúsculos tricomas que eran traslúcidos empiezan a volverse más oscuros, es un buen indicador de que podemos iniciar el lavado de la planta. Deberías planificarlo de manera que la mayoría de los tricomas tengan el color deseado para la cosecha tras dos semanas. Esto mejora con la experiencia, así que sigue practicando!

El lavado puede ser también una buena manera de restaurar la tierra mientras la planta está en fase de crecimiento. A veces los cultivadores sobrealimentan accidentalmente su hierba, haciendo que la punta de las hojas empiecen a cambiar de color y a marchitarse. Se conoce como “quemado por nutrición”. Un lavado de raíces puede retirar el exceso de nutrientes, ayudando a corregir el problema. Sin embargo, es una medida drástica en esa fase de crecimiento, así que primero asegúrate de que el problema es el exceso de nutrientes, y no cualquier otra causa.

El lavado de raíces no es una técnica exclusiva del momento previo a la cosecha. También puede hacerse durante la fase vegetativa, para eliminar el exceso de fertilizantes de la tierra. Obviamente los nutrientes mantienen la salud de las plantas y aseguran una buena cosecha, pero el exceso de fertilizante puede causar un bloqueo de nutrientes, un estado en que las plantas no pueden absorber los nutrientes del suelo.

El bloqueo de nutrientes puede estar causado por una acumulación de sales o por unos niveles incorrectos de pH. Este problema puede solucionarse lavando las raíces de las plantas afectadas con agua pura. El agua arrastra los nutrientes fuera del suelo, llevándose los nutrientes acumulados y permitiendo que las raíces puedan absorber nutrientes de nuevo.

Evita el bloqueo de nutrientes antes de que sea un problema

En el mejor de los casos, el bloqueo de nutrientes puede ser una molestia; pero en los peores casos puede ser devastador. Como dice el refrán: más vale prevenir que curar. Es mejor tomar medidas para prevenir el bloqueo de nutrientes, en lugar de intentar remediarlo más adelante.

Para prevenir el bloqueo de nutrientes, pueden hacerse lavados de raíces de forma rutinaria. Al lavar las raíces de tus plantas una vez antes del inicio de la floración, y otra vez en mitad de la fase de floración, minimizarás las probabilidades de que se produzca un bloqueo de nutrientes.

Enzimas al rescate

Tras lavar las raíces para remediar un bloqueo de nutrientes, o justo antes de la cosecha, puede que observes que tus plantas tienen un aspecto verde oscuro, una señal del exceso de nutrientes. En este caso, algunos cultivadores añaden fórmulas con alto contenido de enzimas a la tierra.

Por si no recuerdas nada de la clase de biología, las enzimas son unas proteínas que catalizan reacciones. Ayudan a lavar el suelo mediante la descomposición de almidones, carbohidratos y nutrientes. En el mercado hay una variedad de productos eficaces con fórmulas de enzimas.

Si el lavado con agua no es suficiente para tus plantas, estas pequeñas proteínas desplazarán a los nutrientes que aún queden en el suelo.

Cómo lavar las raíces de la marihuana correctamente

Hacer un lavado de las raíces de tu hierba es un proceso sencillo. Cada vez que te tocase abonar, en realidad lavarás. Agua del grifo sin tratar es todo lo que necesitas para hacer un lavado, simplemente cerciórate de que el nivel de pH es seguro para la marihuana. La mayoría del agua corriente tiene un nivel de pH saludable y no necesitará ser tratada, pero si no es así, adelante, puedes corregirlo. El ajuste del pH es el único factor del que te tienes que preocupar.

Encharca el suelo con tanta agua limpia como pueda tolerar. Deja que recoja los nutrientes durante unos minutos y luego vuelve a mojar el sustrato para aclararlos de la planta. Si cultivas en interior, con macetas, observa el color del agua que sale por abajo. Debería verse sucia y manchada.

En este caso, un medidor de TDS (total de sólidos disueltos) y de conductividad será muy útil. Si recogieras el agua drenada y midieras su TDS, estaría en torno a los 1300 ppm, una cifra bastante alta. Es esencial seguir lavando la planta hasta que esta cifra baje a un nivel de 50ppm, o al menos hasta que se acerque al nivel de TDS del agua que estás utilizando para el lavado de raíces.

En cuanto a la conductividad eléctrica (CE), valores entre 2,5 y 3,0 mS/cm se considerarían altos, así que deberías seguir lavando hasta que tu medidor de CE llegue a 0,0-0,2 mS/cm.

El color del agua de escorrentía se aclarará y parecerá más limpia. Lo que quieres es retirar de la planta la mayor cantidad posible de minerales disueltos.

Cómo lavar las ráices a las plantas hidropónicas

Hacer un lavado de raíces en un sistema hidropónico es mucho más fácil que en un sustrato de tierra. Los cultivadores hidropónicos simplemente tienen que drenar el sistema y sustituir el agua con agua pura de pH equilibrado.

Además, lavar las raíces de plantas hidropónicas es un proceso mucho más breve. Tras cambiar el suministro de agua, las plantas hidropónicas no tendrán acceso a ningún nutriente externo. Y por eso solo tendrás que lavar las raíces durante dos días.

El resultado del lavado de raíces del cannabis

Una vez hemos cosechado, tómate tu tiempo para curar los cogollos hasta su máximo potencial. Un curado bien hecho, podría reducir aún más esa sensación desagradable, ya que elimina el exceso de clorofila, por ejemplo. Te sorprendería la diferencia que este pequeño esfuerzo puede suponer para tu producto. Todo el arduo trabajo se verá recompensado con la primera calada de ese delicado humo que pasa por tu garganta como si fuese miel. Esto es naturaleza en su estado más suave. ¡Puedes mejorar la calidad de tu marihuana simplemente añadiendo agua!

Cuándo debes evitar lavar las raíces de tus plantas

El único caso en el que recomienda evitar el lavado de raíces es al cultivar en una tierra o súper tierra ecológica enriquecida. Este sustrato se desarrolla cuidadosamente con el tiempo para albergar microorganismos beneficiosos, como hongos y bacterias. Esta delicada biodiversidad puede dañarse y eliminarse con el lavado de raíces.

Pero al usar este tipo de tierra, el hecho de no lavar las raíces no debería ser un problema, dado que no se añaden nutrientes sintéticos o externos al sustrato. En lugar de esto, las plantas dependen de los microorganismos para que descompongan la materia orgánica y así poder absorber los nutrientes por las raíces.

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¿Es necesario el debate en torno al lavado de raíces?

Ahora ya sabes por qué los cultivadores de marihuana realizan el lavado de raíces, y cómo hacerlo. Pero para tener una perspectiva más equilibrada, debes conocer la opinión del otro lado del debate. Si alguna vez has cultivado hierba, es probable que hayas llevado a cabo un lavado de raíces antes de la cosecha. Seguro que la mayoría de los cultivadores que conoces también utilizan esta técnica, pero otros no. No solo no ven en ella ninguna ventaja, sino que además afirman que produce el efecto contrario del que se espera. A pesar de lo que creen muchos cultivadores, el lavado de raíces no destruye ni elimina los nutrientes almacenados por las plantas. ¿Por qué? Porque los enlaces covalentes entre esas moléculas son muy fuertes y se necesitan técnicas estudiadas en la química orgánica para descomponerlas. Esto significa que el lavado de raíces no causa la destrucción de la química creada por las plantas, sino que solo diluye los fertilizantes que están presentes en el medio de cultivo.

El lavado de raíces se basa en la idea de que al eliminar los restos de abono del medio de cultivo, las plantas utilizarán sus reservas de nutrientes. En teoría, al cortarles el suministro de nutrientes externo, las plantas consumen lo que les queda, lo que resulta en unos cogollos con un sabor delicioso y menos áspero. Aunque el lavado de raíces afecta al número de nutrientes iónicos del sustrato, apenas influye de forma directa en la química ya presente en los tejidos vegetales.

Durante el lavado, se recomienda aumentar gradualmente el valor del pH de la solución aplicada con el fin de reducir la disponibilidad de nutrientes como hierro, manganeso, boro, cobre y zinc. Esta práctica también genera un déficit de los macronutrientes principales: nitrógeno, potasio y fósforo. Cuando las plantas de marihuana detectan un parón en el suministro de fertilizantes, recurren a los tejidos viejos para transportar los nutrientes almacenados a otras zonas más nuevas y productivas, como los cogollos. Los cultivadores que se oponen al lavado de raíces opinan que este transporte de nutrientes se traduce en una mayor cantidad de minerales y oligoelementos en el tejido de las flores.

Además, limitar los nutrientes fundamentales durante la floración hace que las plantas economicen su energía. Con el fin de garantizar su supervivencia y reproducirse, las plantas invertirán menos energía en la producción de metabolitos secundarios, como cannabinoides y terpenos. Pero los partidarios del lavado de raíces defienden lo contrario. Dado que las plantas producen metabolitos secundarios para combatir el estrés, estos cultivadores opinan que la escasez de fertilizantes provoca una aumento de dichos compuestos; y algunas investigaciones^[2] respaldan su teoría.