Los 10 principales mitos sobre la marihuana

Es extraño que una planta que surge de manera natural cause tanto revuelo en la civilización humana.

Aunque algunos países han legalizado el cannabis hasta cierto punto, y otros lo harán próximamente, aún existen muchas leyendas urbanas en torno a esta planta. La mayoría contradicen a la ciencia, pero los detractores siguen utilizándolos para perpetuar unas leyes draconianas.

Por otra parte, existen mitos excesivamente optimistas que presentan la marihuana como una sustancia milagrosa sin apenas ningún aspecto negativo; lo que también es perjudicial para la imagen de esta planta.

10 mitos sobre la marihuana desmentidos

Vamos a profundizar en los 10 principales mitos que rodean a la marihuana, teniendo en cuenta los sesgos que existen en ambos bandos. Al igual que muchos grupos anticannabis se dedican a distorsionar la realidad, los partidarios demasiado optimistas también han generado sus propias leyendas. Con ayuda de un enfoque imparcial, vamos a abordar los mitos más extendidos sobre la hierba, con la esperanza de obtener una imagen más transparente de esta planta.

1. El consumo de marihuana conduce a unos niveles más altos de delincuencia

Por defecto, la prohibición del cannabis convierte su consumo, cultivo y venta en delitos. Esta situación, lógicamente, coloca a la planta en el mercado negro junto a otras drogas más duras como la cocaína y la heroína. Aunque la violencia del crimen organizado domina este entorno, el consumo de marihuana en sí mismo no conduce a la delincuencia; lo que lo hace es su consideración como ilegal.

Cuando se establece un mercado legal, los dispensarios autorizados y sujetos a impuestos arrebatan el negocio del cannabis a los comerciantes del mercado negro, debilitando el poder de sus miembros.

Además, no se ha demostrado que fumar marihuana haga que las personas sean más propensas a cometer delitos. Es cierto que muchos delincuentes consumen cannabis (y otras sustancias en general), pero correlación no implica causalidad.

Contrariamente a lo que se cree, la legalización de la marihuana no parece haber contribuido^[1] a un aumento de la tasa de delitos violentos. Curiosamente, muchos activistas anticannabis ignoran la enorme cantidad de delitos violentos relacionados con el consumo de alcohol^[2], a pesar de su estatus legal.

2. La marihuana es una droga de iniciación

A todos nos han dado esta charla en el colegio; esa en la que grupos antidrogas se presentan ante cientos de niños para difundir el mensaje de que “solo hace falta una calada”. Aunque sus intenciones podrían ser buenas, estas organizaciones suelen meter en el mismo saco a todas las drogas, y transmiten la idea de que una vez que pruebas una, te apartas del buen camino y acabas probándolas todas.

Esto no es cierto.

Millones de consumidores de cannabis de todo el mundo disfrutan de la hierba de manera habitual, sin siquiera pensar en drogas más duras. Además, mucha gente empieza a tomar drogas duras sin probar antes la marihuana.

3. La marihuana es una droga adictiva y peligrosa

La afirmación de que el cannabis es una droga de iniciación a menudo se basa en el argumento de que, al igual que las drogas duras, atrapa al consumidor en un ciclo de dependencia. Sin embargo, esta planta difiere notablemente de los mecanismos adictivos de sustancias como la heroína o la cocaína. A diferencia de estas drogas, la marihuana no suele causar síntomas de adicción y abstinencia graves.

4. La marihuana no es adictiva

Aunque muchos consumidores de cannabis fuman marihuana sin desarrollar adicción, es posible convertirse en dependiente en ciertas circunstancias. Definir con exactitud esta adicción (dependencia física o dependencia psicológica) y su alcance, es complejo; pero es una posibilidad. Aunque algunos defensores de la hierba intentan negar este aspecto, la ciencia afirma que el cannabis no es una sustancia perfecta e inofensiva.

Aunque la marihuana puede ayudar a la gente de muchas formas, el trastorno por consumo de cannabis es algo real. Al aumentar los niveles de dopamina y debilitar el sistema dopaminérgico^[3] con el consumo a largo plazo, la marihuana puede influir en los centros de recompensa del cerebro y crear un ciclo de dependencia.

Sin embargo, esta característica no es exclusiva del cannabis. Según el médico y experto en adicciones, Gabor Mate, todas las adicciones están ligadas a un trauma^[4], y pueden manifestarse como consumo de cannabis, materialismo, y una obsesión con todo tipo de factores externos. Por lo tanto, los detractores de la marihuana podrían tener problemas para utilizar este argumento como motivo para mantener la prohibición.

5. Puedes sufrir una sobredosis de cannabis

Cada año se pierden muchas vidas a causa del alcohol, la cocaína, la heroína y otras drogas. Sin embargo, nadie muere solo por consumir cannabis. ¿Por qué? Porque los cannabinoides (los compuestos activos de la planta) no interactúan con la zona del cerebro que regula la respiración.

Las sobredosis de opioides se producen cuando los receptores de los centros de respiración del cerebro se desbordan, y crean un efecto depresivo que dificulta la respiración y podría producir la muerte. La marihuana no tiene el mismo efecto, razón por la que no se ha registrado ninguna muerte atribuida exclusivamente al consumo de cannabis, y la mayoría de instituciones consideran la posibilidad muy remota.

6. Los consumidores de marihuana son vagos

Quienes consumen marihuana se enfrentan a toda una serie de estereotipos. Además de las etiquetas de "adictos" y "yonquis", la acusación de perezosos es probablemente la más habitual. Es cierto que fumar hierba a veces hace que la gente prefiera tirarse en el sofá a salir a correr.

Sin embargo, muchas personas activas y atléticas consumen cannabis. Joe Rogan construyó un imperio de podcasts estando colocado. Michael Phelps destrozó a sus competidores en la piscina mientras le daba al bong. Miles de personas exitosas de todo el mundo disfrutan de la hierba en su tiempo libre, al igual que otras llegan a casa después del trabajo y abren una botella de vino.

7. Diferencia entre los efectos de índicas y sativas

La cultura del cannabis dedica mucho tiempo a desmentir mitos, pero las personas implicadas en este sector también pueden ser víctimas de la desinformación. Durante las últimas décadas, cualquiera que tuviera un mínimo interés por la marihuana conocía la diferencia entre las cepas “índica” con efecto de colocón, y las “sativa” de efecto estimulante.

Desde entonces, la ciencia cannábica ha puesto en duda esta idea, que el neurólogo y experto en cannabis, el Dr. Ethan Russo, califica de "absurda". Esta categorización podría ayudar a los dispensarios a comercializar la marihuana, pero no resistiría un análisis riguroso.

Algunas variedades índica contienen terpenos vigorizantes, mientras que algunas sativas colocan la mente y el cuerpo. Además, las plantas de una misma cepa pueden producir diferentes efectos cuando se cultivan en entornos distintos.

En lugar de depender de esta forma tan imprecisa de dividir la marihuana, la investigación propone desechar el término “cepa” y sustituirlo por “quimiovar”^[5] (variedad química) para poder hacernos una idea más precisa de los efectos y diversidad química de una planta.

8. La resaca de marihuana no existe

El debate entre los consumidores de alcohol y de cannabis continúa. Quienes defienden la hierba a menudo argumentan que por las mañanas se despiertan descansados y listos para la acción. Aunque esto es cierto, el hecho de fumarte 10 gramos la noche anterior conlleva su propia resaca.

Las resacas de cannabis no se pueden comparar a los estragos que provoca el consumo de alcohol. Pero pueden influir en cómo te sientes al día siguiente, ya que producen confusión mental, letargo, enrojecimiento de ojos y dolores de cabeza. Sin embargo, si se disfruta con moderación, es posible despertarse en plena forma para llevar a cabo las tareas cotidianas.

Al igual que con las resacas de alcohol, un poco de agua y comida ayudan a volver a la normalidad. Pero, a diferencia de las de alcohol, se tarda mucho menos tiempo.

9. La marihuana no produce síntomas de abstinencia

Aunque a muchos consumidores expertos les gustaría creer que la marihuana no produce síndrome de abstinencia, por desgracia, esto no es cierto. Al igual que las resacas, la abstinencia del cannabis es algo real.

Sin embargo, de forma parecida a la resaca, los síntomas de abstinencia del cannabis son bastante leves, especialmente en comparación con los del alcohol y otras drogas.

Los consumidores habituales que dejan de fumar podrían experimentar los siguientes síntomas (que pueden variar de una persona a otra) durante un par de semanas:

• Irritabilidad
•  Dolores de cabeza
• Alteración del sueño
• Síntomas parecidos a los de la gripe
• Sensación de tristeza y ansiedad

Afortunadamente, no duran mucho tiempo y no suelen ser graves. Si quieres aliviar estos síntomas, lo mejor es mantenerse hidratado/a, comer sano, hacer ejercicio, y practicar técnicas de relajación.

10. Aguantar el humo aumenta el subidón

A medida que los aficionados a la marihuana se hacen mayores, van perdiendo esa competitividad del principio. Los fumetas jóvenes a menudo presumen de dar caladas grandes, contener la respiración durante un minuto, y tolerar mejor el colocón.

Cuando se pasa la novedad, estos consumidores empiezan a relajarse y a entender que cada persona disfruta de la hierba a su manera. También se dan cuenta rápidamente de que no hace falta aguantar el humo durante mucho tiempo para intensificar el colocón.

De hecho, no existe ningún estudio que respalde la idea de que contener la respiración aumente la cantidad de THC absorbido. Al contrario^[6], lo más probable es que no sea así^[7].

Todo el THC pasa inmediatamente de los pulmones a la sangre. Si quieres colocarte más, ¡fuma más!, pero no pierdas el tiempo entrenando para el campeonato mundial de buceo libre si no vas a participar.